Decepción, esa es la palabra que mejor define lo que nos ocurrió ayer sábado, en la séptima y decisiva jornada de liga contra el joven y poderoso equipo de ENDROKE D…

Estrenábamos ilusionados en liga nuestro acogedor local, en la avda., Lasagabaster 9 de Ortuella, justo detrás del taller de la Ford. Estaba todo a puntito y en orden, para intentar obtener un esperanzador resultado que nos abriría de par en par las puertas del todavía posible ascenso de categoría. Pero, esta vez, la falta de suerte y, sobre todo, el buen hacer de los jóvenes “cachorros” de Arrigorriaga, truncaron definitivamente nuestras posibilidades…

Derrotas de Agustín – ante la pérdida de una pieza- y del que suscribe. Tan solo, la brillantez de Pablo en el primer tablero, obteniendo una disputada victoria contra el jugador de primera categoría, Martínez Goiriz, y la veteranía de Toño en el segundo, con unas tablas en posición mutua de jaque perpetuo, en su particular duelo contra el fenómeno infantil -hasta ayer imbatible-, Xabier Martín Ibisate, consiguieron maquillar un poco el resultado y salvarnos de lo que podía haber sido una auténtica debacle… un resultado global de 1,5-2,5P que no nos sirve absolutamente para nada…Nos deja a expensas de que en las próximas dos jornadas, tanto Endroke como Barakaldo c, pinchen o pierdan estrepitosamente fuelle y que nosotros obtengamos dos rotundos 0-4 y 4-0 ante nuestros próximos rivales, Getxo D y Sestao, respectivamente. Algo, prácticamente imposible…

Y si decepción es el término que mejor describe como se sintió nuestro reciente equipo al final de esta dura batalla, en mi caso, lo que a mi particularmente me ocurrió fue para llorar…o quizás mejor, reír como forma de intentar superar lo antes posible el triste desánimo…

Jugaba con las piezas blancas, con 50 tacos recién cumplidos el pasado jueves, y era mi primera partida dentro de nuestro flamante local. Nada más ver la carita inocente y el aspecto aniñado de mi rival, Alberto Berasategui, un chaval rubiales con gafas de intelectual, prometí no confiarme en exceso. Sabia de su enorme potencial y debía hacer una partida perfecta, segura, para conseguir doblegar a esta joven promesa, una especie de pequeño Carlsen a la Vizcaína…jejje

Mi rápido dominio del centro del tablero desde los primeros movimientos, con un óptimo y atacante posicionamiento de mis peones centrales, quienes restaban actividad a las piezas negras y las obligaba a replegarse, hizo que cometiera el peor de los errores: confiarme, manteniendo demasiado tiempo mi rey sin enrocarme… ¡Fatal osadía que, tras un genial movimiento de dama de mi adversario y la irremediable perdida de mi peón de rey, terminaría pasándome cara factura!…

A pesar de esto, con maniobras precisas, conseguí desarrollar mi alfil y caballo de rey y enrocarme. El tiempo que dedique a esta labor fue tan excesivo que, otra vez –ya me pasó algo parecido contra Barakaldo-, me encontré con agobiantes apuros de tiempo en el final… Después de simplificar la posición mediante varios cambios de piezas y de damas, llegamos a un final teórico de tablas –Blancas: torre y alfil con cuatro peones. Negras: torre y caballo con cinco peones-, en el que mi alfil, dada la abierta estructura de peones, prometía ser más activo que su caballo…Confieso que, cuando mi rival me alertó de la caída de la bandera de mi reloj, sentí un escalofrió indescriptible…¿Cómo había podido olvidarme de jugar cualquier movimiento con tal de ir sumando los 30 segundos adicionales?…Incomprensiblemente, después de jugar rápidamente movimientos precisos y liberarme de la presión de las negras, me quede bloqueado, absorto…en un fácil final, con muy pocas piezas…¡Mi primera derrota en la liga!…Sin comentarios…

El sábado que viene, duelo contra Getxo…Ojalá, el habernos quitado ya esa enorme presión nerviosa por la necesidad de puntos vitales, nos haga estar a todos mucho más finos.

Ángel MOMOITIO
(Periodista y Relaciones públicas ORTUELLAXO XAKE KLUBA “EL PEÓN”)