El vicerrector de Planificación Docente de la Universidad Pablo de Olavide, Eugenio M. Fedriani Martel, ha asegurado que los niños que reciben clases y aprenden a jugar al ajedrez desde pequeños destacan por su capacidad de reflexionar y pueden llegar a parecer más maduros de lo que en realidad su edad puede indicar.
EUROPA PRESS. 07.07.2015
Así se ha pronunciado Eugenio Fedriani durante la celebración del curso de verano ‘Docencia del ajedrez en educación primaria’, que se está celebrando dentro del programa estival de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona (Sevilla) y que dirige este profesor de Métodos Cuantitativos para la Economía y la Empresa.
En relación con el origen del ajedrez, el vicerrector ha señalado que «probablemente surgió como un reflejo de las habilidades humanas que también rigen nuestro comportamiento social, científico o cultural. Es un reflejo de la mente, de la misma mente que se refleja continuamente en nuestra vida cotidiana. En mi opinión, cuando te has nutrido de los beneficios intelectuales de la práctica del ajedrez, es muy difícil disociar las enseñanzas del ajedrez y la propia vida». Asimismo, pone en perspectiva cómo hace años la enseñanza del ajedrez en la escuela dependía exclusivamente de que algún profesor o maestro fuera aficionado al juego y quisiera transmitir a sus alumnos el gusto por el ajedrez. Se trataba de iniciativas aisladas, pero con implicaciones «muy interesantes».
Entre las virtudes poco conocidas del ajedrez, como ha expuesto, destaca la mejora de la concentración, la memoria y la creatividad. «Una vez iniciados, los niños que juegan al ajedrez destacan por su modo de reflexionar. A mi me gusta destacar la tolerancia, la humildad, el pensamiento crítico, la autoestima y la creatividad», ha añadido. Para enseñar ajedrez, según Fedriani, no es más difícil que cualquier otra asignatura. Así, la cualificación mínima sería la misma que la de cualquier otro docente, «solo que además tiene que saber jugar al ajedrez y conocer los aspectos del juego que más utilidad pueden tener para cada alumno concreto».
En referencia a los requisitos que un niño debe tener para aprender a jugar al ajedrez, Eugenio Fedriani aporta ciertas pautas. La principal es que tengan más de cuatro años, ya que es en esa edad cuando comienzan a tener capacidad de concentración y paciencia imprescindibles para el juego. Y en cuanto a ventajas, el profesor ha afirmado que «no hace falta introducir muchos conceptos para progresar en el ajedrez, sino que la propia práctica les va proporcionando los beneficios y las herramientas psicosociales deseadas. Además no podemos olvidar que aprender mediante el juego suele ser algo mucho más agradable y motivador».